Editorial Algaida

Lo que pone en la contraportada

Rafael Montalbán tiene una forma poco ortodoxa de ganarse la vida: de jueves a sábado custodia la puerta de un club de alterne, y el resto de la semana ejerce de guardaespaldas ocasional y de cobrador de deudas por cuenta ajena. Pero su vida no fue siempre así: veinte años atrás era un boxeador prometedor que estuvo a punto de luchar por el título de Campeón de Europa superwelter, pero las cosas se torcieron: se enamoró de la mujer que menos le convenía y acabó traicionando a la única persona que se había portado bien con él. Ahora ha decidido empezar de nuevo, y cuando un periodista le propone ir a un programa de radio para contar su vida a los oyentes encuentra la excusa perfecta para expiar sus culpas. Pero eso no será más que el principio. Para volver al punto donde su existencia tomó un desvío equivocado y ajustar cuentas con el pasado deberá emprender un viaje que lo llevará desde Madrid hasta la costa de Cádiz, y luego a Lisboa.
Con una poderosa historia de amor y venganza como telón de fondo y la necesidad de ser aceptado por los demás, El síndrome de Mowgli es muchas cosas a la vez: una novela descarnada y tierna por momentos, donde el protagonista, Rafael Montalbán, por mucho que lo ha intentado no ha logrado encontrar su lugar en el mundo, como el protagonista de El libro de la Selva; un homenaje al personaje creado por Ruyard Kipling y a los libros y a los héroes que marcaron las lecturas de nuestra niñez; pero sobre todo es la confirmación como novelista de Andrés Pérez Domínguez, que atrapa al lector con su habitual fluidez narrativa y el espléndido desarrollo psicológico de los personajes.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Deia



"Los personajes son más interesantes si tienen muchas aristas y puntos oscuros"
Rafael Montalbán es un ex boxeador que ejerce de matón y de portero de club de alterne. Paradójicamente es un tipo de buen corazón. Por eso no encuentra su sitio en el mundo. Rafael es el protagonista de 'El síndrome de Mowgli', la última novela de Andrés Pérez-Domínguez
L. Gondra bilbao.
¡Cuánto síndrome de Mowgli hay en este mundo!
Muchos lectores me comentan que se están sintiendo identificados con esta metáfora que es la que ha dado origen a la novela. El síndrome de Mowgli no es más que la falta de pertenencia, es la pieza de un puzzle que no acaba de encajar. Gente que está buscando lugar en el mundo y no acaba de encontrarlo. Viene por El Libro de La selva. El protagonista de mi novela dice: "Yo soy un matón pero soy un tipo de buen corazón y no encajo en ningún sitio del mundo". ¿Quién no se ha sentido alguna vez como Mowgli?
¿Cómo ha sido el proceso de trazar un protagonista tan complejo?
Hay dos cosas que yo trabajo mucho. Por una parte está la estructura, para que la historia vaya adelante, hacia atrás, con muchos flash-back, y que esté escrita de un manera interesante para el lector. Por otra parte, trabajo mucho la creación de todos los personajes. Siempre digo que los personajes deben ser un reflejo de las personas reales y las personas no somos planas. Somos poliédricas y somos de una manera diferente dependiendo de la situación en la que nos encontremos. Por eso, los personajes, cuantas más aristas y puntos oscuros tengan más interesantes son. Este personaje es un matón que se dedica a dar palizas por encargo, pero también es un tipo de buen corazón y creo que eso es lo que le hace atractivo de cara al lector.
¿Es capaz de crear estos personajes sin dejar un trozo de usted en ellos?
Hay una frase de Mario Vargas Llosa que me gusta mucho que dice que un autor en su obra es un poco como Dios en el mundo: estar en todas partes y no ser visible en ningún sitio. Todos los personajes tienen algo de ti porque los has creado tú, pero el autor tiene también que desaparecer detrás de los personajes. La literatura tiene que traspasar lo personal.
¿Es novela negra o introspectiva?
No son incompatibles. Yo no creo en la clasificación por géneros. Yo creo en la literatura y cualquier genero literario es válido mientras se mantenga la dignidad literaria, mientras esté bien escrito y mantenga un mínimo nivel de calidad. A mí me interesan los sentimientos que mueven a los personajes, las pasiones que les gobiernan. Montalbán expía sus culpas delante de un micrófono en un programa radio.
Usted trabaja en ese medio.
Soy colaborador de varios programas de radio y he querido homenajear a este medio. Hay una anécdota de la que parte la novela. En el año 2003 hice un programa en la radio en el que entrevistaba a escritores, pero como si yo fuera los personajes de su novela. Luego se explicaba a los oyentes que era yo. Entrevisté a David Torres, que había quedado finalista del Nadal con El gran silencio, cuyo protagonista era un ex boxeador que daba palizas por encargo. Días después me llegó la carta de una mujer de Barcelona, escrita a mano con muchas faltas de ortografía, en la que me pedía que le dejara el teléfono del ex boxeador, el personaje, porque quería contratarlo para darles una paliza a sus vecinos que le hacían la vida imposible. Es muy duro. La realidad supera a la ficción.

No hay comentarios:

El síndrome de Mowgli en El público lee

El síndrome de Mowgli en Eitb (programa Forum)

Presentación en Madrid

Etiquetas