Editorial Algaida

Lo que pone en la contraportada

Rafael Montalbán tiene una forma poco ortodoxa de ganarse la vida: de jueves a sábado custodia la puerta de un club de alterne, y el resto de la semana ejerce de guardaespaldas ocasional y de cobrador de deudas por cuenta ajena. Pero su vida no fue siempre así: veinte años atrás era un boxeador prometedor que estuvo a punto de luchar por el título de Campeón de Europa superwelter, pero las cosas se torcieron: se enamoró de la mujer que menos le convenía y acabó traicionando a la única persona que se había portado bien con él. Ahora ha decidido empezar de nuevo, y cuando un periodista le propone ir a un programa de radio para contar su vida a los oyentes encuentra la excusa perfecta para expiar sus culpas. Pero eso no será más que el principio. Para volver al punto donde su existencia tomó un desvío equivocado y ajustar cuentas con el pasado deberá emprender un viaje que lo llevará desde Madrid hasta la costa de Cádiz, y luego a Lisboa.
Con una poderosa historia de amor y venganza como telón de fondo y la necesidad de ser aceptado por los demás, El síndrome de Mowgli es muchas cosas a la vez: una novela descarnada y tierna por momentos, donde el protagonista, Rafael Montalbán, por mucho que lo ha intentado no ha logrado encontrar su lugar en el mundo, como el protagonista de El libro de la Selva; un homenaje al personaje creado por Ruyard Kipling y a los libros y a los héroes que marcaron las lecturas de nuestra niñez; pero sobre todo es la confirmación como novelista de Andrés Pérez Domínguez, que atrapa al lector con su habitual fluidez narrativa y el espléndido desarrollo psicológico de los personajes.

martes, 30 de septiembre de 2008

Galiciae

Galiciae 30.09.2008 El escritor Andrés Pérez Domínguez en Santiago (Foto: Pepe Ferrín. AGN)

Entrevista al escritor Andrés Pérez Domínguez: "La escritura tiene que ver más con la constancia que con el talento"
Etiquetas: libro
Anxa Correa.
Con El factor Einstein aún en la sección de novedades, el escritor sevillano Andrés Pérez Domínguez vuelve a Galicia para presentar El síndrome de Mowgli, la novela ganadora del Premio Luis Berenguer.
Pregunta: ¿De dónde surgió la idea de El síndrome de Mowgli?
Respuesta: La novela surge de una metáfora. Creo que Disney ha hecho películas muy bonitas, pero también ha desvirtuado mucho el sentido de las historias de las cuales proceden, y una de ellas es El libro de la selva. Cuando leí el libro, tenía 11 años y la sensación que tuve fue de mucha pena hacia Mowgli, un cachorro de hombre que vivía con los lobos pero se tiene que ir, porque es más inteligente que ellos. Pero con los hombres tampoco está a gusto porque lo ven como un animal y les da miedo. Y no le queda más remedio que vivir en la selva como un cazador solitario.El protagonista de mi novela, Rafael Montalbán, es un ex boxeador que se dedica a dar palizas por encargo, a cobrar deudas, pero es un matón con buen corazón. No está a gusto en el mundo en el que vive y quiere cambiar de vida. Eso es el síndrome de Mowgli, que es lo que de alguna manera hemos padecido todos, cuando no te ubicas en ningún sitio, o no acabas de encajar en ningún mundo. Es una metáfora con la que puede identificarse mucha gente.
P: Pero aún no existe como tal en el campo de la psicología...
R: Bueno, a lo mejor a partir de ahora sí. ¡Pero el término es mío! (Risas)
P: Cuenta también la historia de una degradación moral...
R: Sí, hay una degradación moral. En la vida, la mayoría de las veces lo que ocurre es que uno no hace lo que quiere, sino lo que puede o lo que no le queda más remedio, porque la vida te arrastra a situaciones que no quieres. Pero también hay una elevación moral, porque Montalbán tiene un sentido ético profundo, por eso se lo cuestiona, quiere cambiar de vida y va a luchar para conseguirlo.

Género negro y mujeres
P: Inscriben esta novela en el género negro, ¿se planta ahí o aún diría más?
R: Yo creo que va más allá. No soy partidario de la clasificación por géneros, yo sólo creo en los libros. Lo que pasa es que las editoriales tienden a clasificarte de alguna manera porque es mucho más fácil para vender un libro a los lectores. Yo he huído del encasillamiento. No quería hacer dos cosas iguales aunque tuvieran el mismo marco. Puede ser del género negro porque el personaje es un ex boxeador derrotado y el género negro está muy bien para diseccionar los males de una sociedad y vivir lo que ocurre, pero lo importante es contar una historia que interese a la gente, que sirva como hilo conductor, como pretexto para hacer avanzar la historia y luego contar otra cosa, para contar esta metáfora del síndrome de Mowgli, para que el lector piense. Y eso es el valor que puede tener una obra literaria, más allá de que se considere de un género u otro.
P: Igual que en El factor Einstein, la mujer es el origen de todos los males del protagonista...
R: Sí, pero también en el buen sentido de la palabra. Cuando lleva uno varios libros escritos, se da cuenta de en las historias existe un hilo conductor. Aunque La clave Pinner o El factor Einstein tienen como marco el espionaje, en realidad la novela está hecha con los mismos mimbres: por un lado, los personajes son siempre tipos al borde del abismo, que buscan la redención y están siempre presentes temas como la traición, la culpa, la responsabilidad, el sacrificio... Es algo común a estas tres novelas. Y también es común la fuerza de la mujer.En las tres novelas publicadas, la mujer es el motor de la novela; puede que no tenga esa presencia física que tienen los hombres, en el sentido de que son menos visibles, pero son el motor que arrastra la historia. Montalbán estuvo enamorado de Lola, y no ha podido olvidarla. Entonces va a un programa de radio a contar su vida porque quiere despedirse de esa vida de matón y de paso, probar si Lola le escucha. Y a partir de ahí se desencadena la historia. Ella es el motor, pero no creo que sea la mala de la historia. Es cierto que del personaje de Lola hay menos datos, porque creo que es mucho más sugerente así, lo que importa es la sensación que provoca en Montalbán.
P: Hay que dejar un espacio para la imaginación...
R: Es fundamental, yo creo que el lector es muy inteligente, y como tal, tiene que completar la historia, y por eso me gustan los finales abiertos. Mucha gente me pregunta si es porque quiero hacer una segunda parte, pero no es ése el motivo. A mí me gusta que la historia no me la den cerrada del todo, y sobre todo, me gustan las novelas que no acaban de leerse nunca.
Ritmo imparable
P: Hace poco que vino para presentar El factor Einstein y ahora vuelve con El síndrome de Mowgli, ¿es normal este ritmo de producción?
R: Hay que tener en cuenta que la novela anterior a El factor Einstein, que fue La clave Pinner, la publiqué en 2004, y la había escrito en 2001, y desde 2001 hasta 2008 me ha dado tiempo a escribir tres novelas. Lo que ocurre es que El síndrome de Mowgli lo escribí inmediatamente después de La clave Pinner y justo antes de El factor Einstein, lo que pasa es que cuando ganó el premio Luis Bereguer de novela en noviembre del año pasado, ya tenía contratada la publicación de El factor Einstein para enero de 2008, entonces se publicó la tercera novela antes que la segunda. Hubiera preferido publicar en años distintos, pero en la vida hay cosas peores.
P: ¿Contaba con este Premio Luis Berenguer? ¿O después de tantos premios ya no le hace tanta ilusión?
R: Siempre digo que un premio no es más que una serie de personas que se reúnen y que opinan que tu novela les gusta más que otras. Lo que ocurre es que supone una mayor promoción. He tenido la suerte de ganar bastantes premios sobre todo de narrativa corta, y éste es mi primer premio de novela larga. Siempre hace ilusión, y quien diga que no, miente.
P: ¿Está trabajando ya en nuevas historias?
R: Tengo una novela corta inédita, tengo varios libros de cuentos inéditos, estoy escribiendo otra novela, pero no me atrevería a decirte que va a ser la próxima novela que voy a publicar.
P: ¿Qué necesita para escribir? ¿Cómo son sus hábitos de escritura, el entorno de trabajo?
R: Bueno, no soy muy maniático, lo que soy es muy disciplinado, que es fundamental a la hora de escribir. Hay que estar una serie de horas, yo escribo un mínimo de palabras o de folios al día todos los días durante mucho tiempo, y así hasta el más torpe es capaz de terminar una historia. La escritura no es fácil, pero tiene más que ver con la constancia y con la disciplina que con el talento.30/09/2008

Galicia Hoxe

A síndrome do cazador solitario
"Todos somos algo Mowglis"
O escritor sevillano Andrés Pérez aborda, na súa última novela, a falta de pertenza que padece o ser humano na sociedade actual
V. OLIVEIRA . SANTIAGO
Andrés Pérez onte en Compostela, na presentación do seu novo libro, ‘El síndrome de Mowgli’Nun universo literario no que abundan os grandes continentes, achegarse a unha illa sempre supón unha aventura. Unha aventura na que os náufragos que abandonan o barco sofren a síndrome que padeceu Mowgli, o neno-lobo de Kipling, no que se basea o escritor sevillano Andrés Pérez Domínguez para a súa última novela editada por Algaida, coa que gañou o Premio Luis Berenguer.
O autor, que onte estivo en Compostela presentando El síndrome de Mowgli, tece a historia de Rafael Montalbán, un ex boxeador que quere darlle un cambio á súa vida e deixar de traballar como porteiro de clubs de alterne e matón por encargo.
Un "cazador solitario" que, como explica o escritor, representa o ser humano perdido na sociedade actual. "Todos somos un pouco Mowglis -asegura- . Eu non me canso de dicir que Disney fixo películas moi bonitas pero desvirtuou moito a orixe da historia da que proceden como é o caso de O libro da Selva. A síndrome de Mowgli non é máis que o que lle ocorre a todo o mundo nalgún momento da súa vida: cando non acabas de encaixar en ningún sitio, e te sentes só. Esa falta de pertenza é unha metáfora coa que se pode identificar o mundo actual", explica Pérez Domínguez. Como xa o fixera nas novelas de espionaxe La clave Pinner (2004) e El factor Einstein (2008), a armazón do cine negro está presente nesta obra, pero neste caso, a carga de fondo é unha historia de amor, a do protagonista con Lola, a muller que amou e que o traizoou dezaoito anos atrás.
É precisamente a ilusión de recuperar o amor de Lola o que leva ao protagonista de El síndrome de Mowgli a tropezar coa mesma pedra por segunda vez. "Na vida, un case nunca fai o que quere, senón que fai o que pode. Iso é o que lle sucede a Rafael Montalbán: emprende unha viaxe, un pouco absurda, pero nese sentido, é un pouco quixotesco", apunta. De feito, os personaxes da novela saben de antemán que se van traizoar "pero iso forma parte da vida tamén", engade o autor que considera que "o autoengano, a ilusión por algo, é necesaria para que Rafael Montalbán renaza".

O protagonista, un "heroe cansado"
Unha catarse que o ex boxeador precisa para cambiar de vida. "El sabe que todo é absurdo pero sabe que o ten que facer", engade o autor. Por iso, representa unha caste de antiheroe que o escritor sevillano define como "heroe cansado", parafraseando a Reverte, que "non lle queda máis remedio polas circunstancias".
Aínda que a novela non trata o tema da espionaxe, "está feita cos mesmos vimbios", considera o autor, xa que son personaxes que están "ó bordo do abismo e que buscan a redención, impórtalles moito a traizón, o sacrificio, a responsabilidade, o amor e a amizade".
Pérez Domínguez acumula máis dun centenar de galardóns como o Max Aub, Ciudad de Coria, Tierras de León ou Elena Soriano. Conduce un programa de radio en Sevilla e escribe unha columna de opinión. Esta obra, que se abre con citas de El invierno en Lisboa de Muñoz Molina, El libro de la Selva de Kipling e Rope Burns. Stories from de corner de F. X. Toole, homenaxea "os libros e os heroes da miña infancia", asegura.
A LITERATURA COMO ENTRETEMENTO
"A vida é máis fácil no cuadrilátero"
Como xa fixo en La clave Pinner e El factor Einstein (2008), Andrés Pérez enfía tamén en El síndrome de Mowgli a literatura co entretemento. "A historia ten que interesarlle ao lector e debe ter unha metáfora ou valor moral", apunta o escritor. Recoñece que a historia pode ter unha interpretación ambigua que mestura pesimismo con positivismo. "Montalbán non acaba de renderse nunca -apunta-. Para iso, o boxeo sérveme moi ben como metáfora da vida, porque golpéante, tómbante unha vez e outra vez, pero levántaste. Ademais, como di Montalbán na novela, moitas veces, a vida é máis fácil dentro das cordas do cuadrilátero que fóra polas regras do boxeo", di o escritor nado en Sevilla en 1969.

El Correo Gallego










Foto: Fernando Blanco

Pérez Domínguez presentou a novela 'El síndrome de Mowgli'

V. Oliveira

O autor describe a historia dun ex boxeador que quere deixar de ser un matón por encargo ·· Na súa obra fala da falta de pertenza como metáfora do mundo


Nun universo literario no que abundan os grandes continentes, achegarse a unha illa sempre supón unha aventura. Unha aventura na que os náufragos que abandonan o barco sofren a síndrome que padeceu Mowgli, o neno-lobo de Kipling, no que se basea o escritor sevillano Andrés Pérez Domínguez para a súa última novela editada por Algaida, coa que gañou o Premio Luis Berenguer.
O autor, que onte estivo en Compostela presentando El síndrome de Mowgli, tece a historia de Rafael Montalbán, un ex boxeador que quere darlle un cambio á súa vida e deixar de traballar como porteiro de clubs de alterne e matón por encargo.
Un "cazador solitario" que, como explica o escritor, representa o ser humano perdido na sociedade actual. "Todos somos un pouco Mowglis", asegura . "Eu non me canso de dicir que Disney fixo películas moi bonitas pero desvirtuou moito a orixe da historia da que proceden como é o caso de O libro da Selva. O síndrome de Mowgli non é máis que o que lle ocorre a todo o mundo nalgún momento da súa vida: cando non acabas de encaixar en ningún sitio, e te sentes só. Esa falta de pertenza é unha metáfora coa que se pode identificar o mundo actual", explica Pérez Domínguez. Como xa o fixera nas novelas de espionaxe La clave Pinner (2004) e El factor Einstein (2008), a armazón do cine negro está presente nesta obra, pero neste caso, a carga de fondo é unha historia de amor, a do protagonista con Lola, a muller que amou e que o traizoou dezaoito anos atrás.
É precisamente a ilusión de recuperar o amor de Lola o que leva o protagonista de El síndrome de Mowgli a tropezar coa mesma pedra por segunda vez.
VARIOS PREMIOS
Unha homenaxe
Pérez Domínguez acumula máis dun centenar de galardóns como o Max Aub, Ciudad de Coria, Tierras de León ou Elena Soriano. Conduce un programa de radio en Sevilla e escribe unha columna de opinión. Esta obra homenaxea "os libros e os heroes da miña infancia", asegura .

El síndrome de Mowgli en El público lee

El escritor sevillano Andrés Pérez Domínguez, autor de El síndrome de Mowgli, es el invitado al programa EL PÚBLICO LEE, que presenta Jesús Vigorra y que se emite el domingo 5 de octubre en CANAL SUR 2 ANDALUCÍA a partir de las 19:30 horas.El programa se vuelve a emitir los martes a las 00:45 horas y los miércoles a las 11:00 horas

lunes, 29 de septiembre de 2008

El Correo Gallego

MARÍA ARIAS.
Comienza hoy la campaña literaria a la que nos ha acostumbrado, año tras año, esta mujer indomable. Gracias a ella hemos conocido a gente tan dispar como Julio Murillo, Andrés Trapiello, Alejandro Palomas o Jorge Molist. Y, por supuesto, a Pemón Bouzas como novelista. Le toca ahora al gigantesco Andrés Pérez Domínguez, que hace poco recalaba aquí con la magnífica El factor Einstein. Presenta, en esta ocasión, El síndrome de Mogwli, publicada en Algaida. Ya les contaremos.

Europa Press (Galicia)

El autor de 'El síndrome de Mowgli' ve el boxeo como "metáfora de la vida" y plasma la situación de "quienes no encajan"
29/09/2008

El escritor Andrés Pérez Domínguez, quien hoy promociona en Santiago de Compostela su novela 'El síndrome de Mowgli', reconoció que en esta obra utiliza el boxeo, la profesión del protagonista de la historia, como "metáfora de la vida" y que, además, plasma la situación de "quienes no encajan".
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 29 (EUROPA PRESS)
El escritor Andrés Pérez Domínguez, quien hoy promociona en Santiago de Compostela su novela 'El síndrome de Mowgli', reconoció que en esta obra utiliza el boxeo, la profesión del protagonista de la historia, como "metáfora de la vida" y que, además, plasma la situación de "quienes no encajan".
La novela, Premio Luis Berenguer, cuenta con Rafael Montalbán, un ex boxeador que ahora vive de cobrador de dudas, guardaespaldas ocasional y portero de un club de alterne, y que en dieciocho años no se ha podido sacar de las tripas la obsesión por una mujer, Lola, en torno a la que gira toda la historia.
Tras un pasado prometedor como boxeador y después de una traición, Rafael Montalbán decide empezar de nuevo, y cuando un periodista le propone ir a un programa de radio para contar su vida a los oyentes encuentra la excusa perfecta para expiar sus culpas.
Andrés Pérez Domínguez explicó hoy a Europa Press que con esta novela su pretensión es que los lectores "se entretengan y puedan extraer cosas de valor moral". En concreto, dijo que recurrió al personaje de un ex boxeador porque quería presentar la metáfora de que "en la vida también hay cosas que te tumban y te vuelves a levantar".
También opinó que el título de la historia lo dice todo, ya que frente a la visión que ofrece Disney en 'El libro de la selva' del personaje de Mowgli, en su obra hay elementos para que mucha gente se identifique con el personaje de Rafael Montalbán, porque pertenece al grupo de "quienes sienten que no encajan en un sitio".
PREMIOS Y PROMOCIÓN
Con 'El síndrome de Mowgli', el autor sevillano cambia de tercio respecto a sus anteriores novelas de espías y presenta una historia negra y criminal de corte clásico, que respeta todos los cánones del género, y lo hace a través de personajes de una pieza, intensos, fuertes, maleados por la vida.
Sobre este asunto, Andrés Pérez Domínguez manifestó que entiende que él crea con sus novelas su propio universo literario, donde siempre están presentes cuestiones como la amistad y la traición. Además, opinó que, con independencia de tener que recrear hechos históricos o preferir el peso de los personajes que trazan una historia, todas las novelas presentan "dificultades" a la hora de escribirlas y cada una tiene una manera de afrontarlas.
Andrés Pérez Domínguez (Sevilla, 1969) ganó con esta novela el Premio Luis Berenguer, dotado con 24.000 euros y la publicación de la obra en Algaida-Grupo Anaya, y en su trayectoria profesional ha sido galardonado en más de un centenar de certámenes literarios. En relación a la influencia que tienen los galardones en la trayectoria de un autor, reconoció que ayudan a la promoción de las obras en un mercado literario que definió como "complicado" y en el que resulta difícil abrirse paso.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Entrevista en Punto Radio

El pasado jueves 18 de septiembre colocamos en La biblioteca de Protagonistas El síndrome de Mowgli. Acostumbrado a recomendar libros cada semana a los oyentes no deja uno de sentirse raro al ser entrevistado en el programa, pero aquí estamos, Cristóbal Cervantes y yo, desgranando las andanzas de Rafael Montalbán, el protagonista de El síndrome de Mowgli, a los oyentes.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Presentación de El síndrome de Mowgli en Madrid (II)

Ayer estuvimos presentando El síndrome de Mowgli a la prensa en Madrid, en la librería/cafetería El bandido doblemente armado. Me acompañó mi querido José María Merino, del que hace muchos años vengo sospechando que tiene algo divino, como la Santísima Trinidad pero en plan terrenal, porque en una misma persona coinciden un excelente escritor, un ser humano bueno y generoso como pocos y un gran amigo. También estuvo Miguel Ángel Matellanes, el atareado director de Algaida, que es de esos editores que todavía aprecian la Literatura, algo que no es tan frecuente como parece, o como debería; y Begoña Minguito, la encargada de prensa de Algaida. Vinieron algunas periodistas (todas eran mujeres), no muchas, pero bueno, sólo por haber pasado un rato entre amigos mereció la pena el viaje a Madrid. Por aquí dejo algunas fotos de la presentación
Aquí estoy, tratando de abrir una botella de agua. Como podéis ver soy el último en poder hacerlo. Qué le voy a hacer. Nunca me he llevado bien con los precintos. José María Merino, Miguel Ángel Matellanes y las periodistas esperan con paciencia -o resignación- que lo consiga.


Aquí ocupo un lugar que no me corresponde. Soy yo quien debería estar de pie mientras él me firma sus libros, pero ya he dicho más arriba que Merino es un tipo bueno y generoso.

Aquí estamos, al final de la presentación, Matellanes, Merino, Diego, de El bandido doblemente armado (un sitio que me gustó mucho) y yo mismo.
Y ésta, para terminar: José María Merino, El síndrome de Mowgli y un servidor.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

La Opinión de Málaga (Reseña de Guillermo Busutil)

Golpes bajos

El perdedor es el antihéroe por excelencia que más páginas ha ocupado (ocupa y ocupará) en la historia de la literatura. Y sin duda, su constante presencia en el imaginario narrativo se debe a la enorme riqueza de ángulos, aristas y enfoques que presenta este personaje a la hora de que el escritor le saque partido como personaje, a la vez que lo utiliza a modo de instrumento eficaz para indagar en la naturaleza humana. Esta figura poliédrica y entroncada con diferentes estilos, que van desde la picaresca hasta el realismo sucio, encontró su mejor acomodo en el género negro, repleto de detectives, de policías fracasados y de ambiguos personajes entre los que también han tenido su protagonismo los periodistas y los boxeadores.
Todos ellos y especialmente los púgiles encarnan las cicatrices de la derrota, la lucha por la supervivencia, el duelo interno entre la inmoralidad y viejos códigos de honor, y no existe ninguno de estos personajes que no arrastre un drama emocional, la sombra de una mujer, a veces paciente y esperanza aunque huya de los claroscuros de la relación y en ocasiones mujer fatal con posibilidades de redimirse.
Este perfil lo domina perfectamente el escritor sevillano Andrés Pérez Domínguez, autor de novelas como ‘La Clave Pinner’ y ‘Factor Einstein’, definidas por la escenografía histórica del espionaje en la Guerra Civil española y en la Segunda Guerra Mundial y en la que sus protagonistas son seres en fuga y extraños de sí mismos, en busca de redimir su pasado a través de una aventura emocional y de intriga.
Estas características aparecen de nuevo en su última novela ‘El Síndrome de Mowgli’, Premio de Novela Luis Berenguer editado por Algaida, en la que Pérez Domínguez echa mano de la atmósfera y la técnica narrativa del cine negro que tanto admira (de hecho El Tercer Hombre es una de sus películas favoritas y referentes en su narrativa) para crear un drama impresionista en torno a un boxeador que se esconde de su pasado como un matón a sueldo, escéptico, metódico y obsesionado con recuperar un amor perdido y volver a soñar la vida en Lisboa. La trama del protagonista Montalbán, acompañado por el recuerdo de Lola, el apoyo de El Gordo, la fascinación por Teresa Bernal y el locutor radiofónico Oscar Gómez, vuelve como en anteriores novelas suyas a indagar en la traición, en la culpa, en la amistad, en los golpes bajos de la vida y en la cruzada del perdedor en su intento de expiar su derrota y reencontrarse consigo mismo. La diferencia está en la madurez del estilo y en la manera con la que Pérez Domínguez envuelve al lector con esta historia emotiva, romántica, repleta de excelentes personajes secundarios con los que rinde homenaje al mundo del boxeo, a la radio y especialmente al valor de ganarle a la vida por puntos.
Guillermo Busutil

domingo, 14 de septiembre de 2008

Reseña de Jesús Lens

EL SÍNDROME DE MOWGLI
Culminamos este fin de semana de derrotas y fracasos con la reseña de esta novela, de la que hablábamos en la columna del viernes de IDEAL.Hace algunos meses reseñábamos una novela de espías, “El factor Einstein”, de Andrés Pérez Domínguez, señalando que se trataba de un excelente ejercicio literario en que se contaba “una historia de largo alcance y amplio recorrido, con unos personajes muy perfilados y una atractiva trama, bien trazada y mejor resuelta.”

Con “El síndrome de Mowgli”, galardonada con el Premio Luis Berenguer de Novela y publicada por Algaida, Andrés nos regala una fascinante historia en la que cambia de tercio con respecto a sus adictivas historias de espionaje bélico, como la referida “El factor Einstein” o su estupenda “La clave Pinner”, finalista de uno de los premios literarios de Semana Negra hace algunos años.En esta ocasión, el autor sevillano se ha decantado por una historia negra y criminal de corte clásico, que respeta todos los cánones del género, sin caer en maniqueísmos facilones, en supuestos homenajes o recreaciones ni en desmitificaciones crepusculares, irónicas o paródicas.
No. Los personajes de “El síndrome de Mowgli” son personajes de una pieza, intensos, fuertes, maleados por la vida: “Rafael Montalbán, ex boxeador profesional que nunca llegó a triunfar. La nariz quebrada, bajito, el cuerpo fibroso, portero de puticlub, guardaespaldas ocasional y cobrador de deudas por cuenta ajena.” Éste es el gran protagonista de la novela.Y, a su alrededor, las obsesiones y las frustraciones de alguien que ha prostituido su talento, una persona que quiere romper con su presente y, para ello, da testimonio de sus andanzas en uno de esos programas nocturnos de radio en que, en el vacío de la madrugada, las almas solitarias y torturadas vomitan y purgan en antena sus fracasos y decepciones.

Pero esa ceremonia de exorcismo, en el caso de Rafael, tiene un sentido especial. Porque, para huir del presente, decide refugiarse en el pasado, en un intento de restañar viejas heridas que están muy lejos de haber cicatrizado.A partir de ahí, Rafael inicia una espiral que no sabe a dónde le llegará. Ni nosotros. Porque, fiel a Itaca, a Rafael no le importa tanto el destino como el viaje en sí mismo. Y ahí es donde salimos ganando todos los lectores ya que su viaje le conduce a un futuro incierto y enigmático, pero también nos permite bucear en un pasado difícil, inhóspito, duro y apasionante.“El síndrome de Mowgli” es de esos libros que, cuando apagas la luz de la mesilla de noche y te ves arrastrado hacia la inconsciencia, te acompañan, te siguen hablando y se entremezclan con tus sueños.
Sueños. Los sueños, como en el caso de Rafael, pueden estar hechos añicos. Pero por la mañana, con la dignidad de los perdedores de ley, Rafael se levantará de la cama después de haber maldormido apenas un par de horas, se lavará la cara y el espejo le devolverá una mirada dura, hastiada, cansada. Entonces, se vestirá, meterá sus escasas pertenencias en su bolsa de viaje, a la que igualmente devolverá los retazos de sus anhelos frustrados y sus recuerdos tormentosos, y seguirá su camino. Triste, solitario y final, como bien dijera Osvaldo Soriano.

“El síndrome de Mowgli”. Hermoso título para una excelente novela y que habla de “cuando estás en un lugar rodeado de gente y de pronto te sientes muy solo, como si fueras invisible, como si nadie pudiera verte ni tocarte, cuando te gustaría ser parte de algo pero descubres que nunca podrás formar parte de nada.”Toda una declaración de principios que me recuerda el aforismo de Seydou Badian Kouyate: "El que se sitúa fuera de la comunidad pierde de una forma u otra su cualidad de ser humano y se convierte en una especie de reencarnación de genios malignos, pero señalado y temido por todo el mundo."Jesús Lens Espinosa de los Monteros.
Esta reseña fue publicada originalmente enhttp://pateando-el-mundo.blogspot.com/2008/09/mowgli.html

viernes, 12 de septiembre de 2008

Presentación de El síndrome de Mowgli en Madrid

El próximo miércoles 17 de septiembre estaremos en Madrid presentando El síndrome de Mowgli. Va a ser una presentación sobre todo para la prensa, pero como una librería es un lugar abierto a todo el mundo, quien se asome por esta bitácora, esté por Madrid y quiera pasarse, también será bienvenido. Así que aquí van las coordenadas:

Presentación de El síndrome de Mowgli, de Andrés Pérez Domínguez.
Miércoles 17 de septiembre a las 11,00 h en el café bar librería El bandido doblemente armado. C/ Apodaca 3 (cerca de tribunal, Bilbao, barrio Malasaña).
El autor, o sea, yo mismo, estará acompañado por José María Merino.
Pues eso, si alguien no tiene nada mejor que hacer el próximo miércoles, por allí andaremos.

martes, 9 de septiembre de 2008

Reseña en La tormenta en un vaso. Doble mirada (Gregorio León y Pedro Domene)

1. Gregorio León
Acostumbrados como estábamos a novelas, a buenas novelas de espías, escritas por Andrés Pérez Domínguez, el autor sevillano de la generación del 69 nos ha sorprendido con una entrega distinta, con una voz nueva, y que sin embargo, no pierde el aroma intenso de la literatura de Primera División, aquella que resiste el paso del tiempo y que se nos mete bien adentro. Ahora no nos mueve por los secretos y peripecias que rodearon la Segunda Guerra Mundial, como hizo en La clave Pinner o El factor Einstein, dos novelas tan bien tratadas por la crítica, y lo que es más importante, como por el público. En El síndrome de Mowgli (Premio Luis Berenguer, publicado por Algaida) se mete en la piel de Rafael Montalbán, un ex boxeador que ahora vive de mamporrero y portero de puticlub, y que en dieciocho años no se ha podido sacar de las tripas la obsesión por una mujer, Lola, en torno a la que gira toda la historia.Son varios los aciertos de este libro. Empezaré por la voz del protagonista, que se hace verosímil, admitiendo incluso sus reflexiones profundas, porque no es un mamporrero al uso, sino que Montalbán es también amigo de los libros e incluso se ha atrevido a escribir unas pocas páginas de una tentativa de novela. En la elección del tono Pérez Domínguez se la jugaba, y ha salido airosamente de una situación peligrosa. Es una voz que no cuesta imaginar en off, sobre planos en blanco y negro, con figuras apenas silueteadas sobre las que sobrevuelan unas volutas de humo, porque El síndrome de Mowgli se puede leer de muchas maneras, pero una de ellas es como homenaje al género negro. No es de extrañar que vaya encabezada por una cita de El invierno en Lisboa, una de las obras esenciales de la producción de Antonio Muñoz Molina. Pero por encima de todo, habla de un concepto recurrente en la narrativa de Andrés Pérez, la traición, y especialmente, la culpa y las posibilidades que concede la vida para expiarla. De ahí el propósito que Montalbán de intentar recuperar una historia de amor, dieciocho años después. Eso sí, sus motivaciones son distintas. Mientras que el motor de Lola es el dinero, en su caso son los sentimientos. A fin de cuentas, entregarse a ellos es la única forma que tiene de pagarle al Gordo, la única persona que de verdad ha apostado por él, lo que le hizo hace mucho tiempo, pero no el suficiente como para que Montalbán lo haya conseguido borrar de su conciencia.La novela también supone un tributo al mundo de la radio, que es el que propicia el reencuentro de los dos amantes, tanto tiempo después. Un programa de confesiones permite al ex boxeador, asqueado de sí mismo, descubrir su despreciable trabajo, siempre metido en el barro, ese que siempre aparece en los bajos fondos, el mismo en el que se revuelcan las ratas. No se pierdan un curioso personaje bautizado con el nombre de Chocolate.Nos encontramos, en suma, ante una novela excepcional, en la que Andrés Pérez Domínguez demuestra su destreza narrativa en una obra que puede ser una de las sorpresas de la temporada. El cuidado que el que su autor ha puesto en escribirla lo merece.
2. Pedro Domene
Una madrugada un tipo con la nariz rota y torcida, con carné falso y sin identidad propia, alguien que no existe en ningún sitio concreto, aunque responde al nombre de Montaner, es entrevistado en un programa de radio donde tiene la oportunidad de contar buena parte de su vida y, de alguna manera, expiar algunas de sus culpas en el pasado. Es la historia de Rafael Montalbán, un ex superwelter, que un buen día renunció a una carrera prometedora en el mundo del boxeo por una mujer, y desde entonces ha tenido una forma poco ortodoxa de buscarse la vida: portero de un club de alterne y matón a sueldo, como se desprende a lo largo de la entrevista. Aunque, después de veinte años, tras reconocer la voz en off de quien un día fuera el amor de su vida, decide encauzar, con otra perspectiva, su triste existencia para volver al punto de partida donde se equivocó y ajustar, de alguna manera, las cuentas a un pasado que, en una frenética búsqueda hacia la felicidad, lo llevará desde Madrid a la costa de Cádiz y desde aquí hasta una siempre añorada, Lisboa.Andrés Pérez Domínguez (Sevilla, 1969) conseguía el XVII Premio Luis Berenguer por El síndrome de Mowgli (2008), en realidad, una historia de amor y de venganza, muy al uso de sus propuestas narrativas anteriores, La clave Pinner (2004) y El factor Einstein (2008), pero sin elementos superfluos que emborronen su decisiva intención de ofrecer una literatura de características definidas, incluida la intriga, la acción, la aventura y una trama tan creíble como efectiva, aunque en esta ocasión, sus pretensiones vayan mucho más allá porque en su protagonista se vislumbra esa necesidad humana de ser aceptado en una sociedad caduca y banal. Esta es una peculiaridad que le otorga al relato una dimensión diferente de la narrativa a que estamos acostumbrados de Pérez Domínguez. En realidad, el personaje de Montaner, bien perfilado, creíble por sus actitudes y su dimensión misma, por mucho que lo ha intentado, nunca ha logrado encontrar su lugar en el mundo, como otros muchos de los héroes de la narrativa universal que, como al sevillano, marcaron las lecturas de nuestra niñez y juventud, incluido el personaje aludido de Kipling en El libro de la selva, de ineludible referencia. Y es que su amor por Lola, entonces joven, le llevará a una escalada de asuntos sucios cuando se sienta traicionado por la joven y decida olvidarse del mundo para entrar en esa absurda rueda donde la extorsión, la violencia, el crimen organizado y el dinero campean por doquier.Pero para conseguir su propósito, Rafael Montalbán, tendrá que volver al infierno de antaño y rescatar a una Lola madura de la que aún se siente atraído para escapar con ella a la capital portuguesa de sus sueños. Un pasado se proyecta en el presente, el amor, la amistad y la traición, son los pilares de historia sólida, aunque todo sacrificio no está exento de cierto riesgo, como se puede comprobar en estas páginas. También es verdad que, la novela desprende un sentimiento algo ajeno a la pasión, porque quien es capaz de amar mucho, no perdona fácilmente. El síndrome de Mowgli es, sobre todo, la confirmación como novelista de Andrés Pérez Domínguez, que atrapa al lector con su habitual fluidez narrativa y el espléndido desarrollo psicológico de los personajes.

El síndrome de Mowgli en El público lee

El síndrome de Mowgli en Eitb (programa Forum)

Presentación en Madrid

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